lunes, 14 de octubre de 2019

Fonoaudiología, Juego Simbólico y Lenguaje

FONOAUDIOLOGÍA, JUEGO SIMBÓLICO Y LENGUAJE

Por: Néstor Antonio Pardo R.
Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo
Universidad Nacional de Colombia
whatsapp +591 68990051

RESUMEN

El artículo presenta  una  visión general sobre el Juego Simbólico, el cual le permite al niño crear representaciones mentales del mundo que le rodea, expresar las emociones a través de los personajes o roles asumidos, desarrolla la imaginación y la creatividad, facilita la conversación entre iguales y favorece el proceso madurativo para poder comprender y resolver los problemas del entorno que le rodea.

Palabras Claves: Fonoaudiología, Inicial, Familia, Comunicación, Juego, Simbólico.

INTRODUCCIÓN

La constitución de lo humano se da fundamentalmente gracias al lenguaje, pues ambos están indisolublemente unidos como las dos caras de una moneda. Así pues, lo humano sólo es posible en el ámbito de la cultura y no puede darse sin el lenguaje.

El padre de familia actual, argumenta que "no tiene el tiempo" y / o la formación necesaria para asumir su rol como estimulador y copartícipe en el proceso de desarrollo de sus hijos, en un mundo cambiante. En el hogar, la comunicación se limita a lo mínimo para la supervivencia o solamente se produce información vaga, órdenes para realizar acciones puntuales o expresiones con tendencia a castigar. Por lo tanto, se genera cierto grado de deprivación sensorial producido por la insuficiente calidad y cantidad de estímulos lingüísticos. Esta, a su vez, genera una respuesta fisiológica alterada, y por lo tanto, un trastorno en el desarrollo del sistema nervioso central que afecta la adquisición del lenguaje.

La interacción de los padres con el niño, en el hogar, es el punto de partida para su formación como sujeto social, capaz de comunicarse, participar realmente y de acuerdo con sus posibilidades en el medio social, cooperar, construir conocimientos y expresarse libre y creadoramente. Educar en este contexto, supone facilitarle al niño experiencias e instrumentos variados, cada vez más ricos y complejos, para que construya aprendizajes realmente significativos, de acuerdo a su nivel evolutivo y al contexto sociocultural en el que vive.

Para los niños, el juego es un asunto muy serio (y debería serlo también para los adultos). A través de esta actividad desarrollan muchas de sus destrezas y se van formando una imagen del mundo. Durante el siglo XIX, y de modo más intenso en el siglo XX, se va consolidando la relación del binomio juego y educación. El "aprender jugando", se va apoderando de la realidad familiar y escolar. Podemos encontrar las ideas de autores como Pestalozzi y Fröebel, los aportes desde el campo de la educación especial de Montessori o Decroly, la innovación metodológica propiciada por la Escuela Nueva y las generadas a partir de la obras del Post- Constructivismo de Wallon y Vygotsky, entre otros.

El juego simbólico es particularmente importante pues implica la capacidad del niño para imitar situaciones de la vida real y ponerse en los zapatos de otras personas. Se trata de una actividad en la que el niño pasa continuamente de lo real a lo imaginario (y viceversa), que le ayuda a ampliar su lenguaje, desarrollar la empatía y, sobre todo, repercute significativamente en la competencia social, intelectual e independencia personal, entre otros, permitiéndole también encontrar soluciones a sus conflictos y situaciones problemáticas a través de éste.


A lo largo de todo el documento iremos viendo diferentes perspectivas del juego, el juego simbólico y sus beneficios para mejorar la relación del niño con el ambiente y los demás, así como mejorar su lenguaje y comunicación.

JUEGO SIMBÓLICO Y LENGUAJE

The basis for communication is social interaction, and certain conversational skills such as turn taking can be developed at a very young age through play (MacDonald, 1989 El juego simbólico es uno de los elementos más importantes en el desarrollo del niño y eje fundamental para el lenguaje, la capacidad cognitiva y la socialización. Esta actividad consiste en la imitación o reproducción de situaciones de la vida diaria, utilizando objetos semejantes o no a lo real, dándoles un valor simbólico. Es decir, representando hechos o situaciones supuestas, o dramatizadas, a través de juguetes. Es el “hagamos de cuenta como si fuera”, transformando cualquier objeto en lo que imaginemos o necesitemos en el momento, como un cubo de plástico en un auto, o una cuchara en un avión.

Este tipo de juego aparece a los dos años de edad y sigue desarrollándose durante la infancia hasta los seis y siete años. Permite al niño crear representaciones mentales del mundo que le rodea ya sean reales o imaginarias, permite expresar las emociones a través de los personajes o roles asumidos, desarrolla la imaginación y la creatividad, facilita la conversación entre iguales y favorece el proceso madurativo para poder comprender y resolver los problemas del entorno que le rodea.

Es un importantísimo instrumento de estimulación del lenguaje ya que despierta la necesidad del niño para comunicarse, pasando de frases sencillas a estructuras más complejas donde puede expresarse y participar con mayor eficacia haciendo uso de  canciones, rimas o expresiones copiadas del adulto. A la vez, implica importantes mecanismos y procesos cognitivos como la coordinación de esquemas de comparación de objetos y personas, analogías y recuerdos de experiencias que ponen en funcionamiento las habilidades motoras y comunicativas.

El juego simbólico en su inicio se desarrolla de forma individual y progresivamente se va transformando en algo colectivo, adquiriendo más dificultad mediante diversas combinaciones simbólicas. En un primer momento el niño comparte su juego con los padres, pero más adelante comienza a disfrutar jugando con sus coetáneos. En este punto son capaces de establecer una meta común y ciertas normas del juego. Poco a poco, el juego simbólico se complejiza y se hace grupal, por lo que pasa a ser un proceso de socialización propiamente dicho. Este cambio se produce a los 4 o 5 años, edad en la que el niño ya tiene las herramientas necesarias para compartir el simbolismo del juego con otros pequeños.

Es importante, entonces, asegurarse de tener a mano elementos para producir juegos de roles, tales como animales de la granja, autos, aviones, o kits de profesiones (médico, bombero, cocinero, etc). El Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo orientará  a los padres y otros integrantes de la familia sobre el tipo de juguetes adecuado para la edad y nivel de desarrollo del niño.

Los niños pequeños tienen un repertorio limitado de situaciones y personajes que pueden imitar. No vienen con un programa interno de cómo jugar, cosa que creen muchos padres, por lo cual inicialmente es necesario ayudarles a recrear personajes y situaciones. El adulto debe ser el modelo, para lo cual el Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo proporcionará pautas de la forma en que éste puede proponerle nuevos personajes y contextos con los que se puedan identificar y estimulen el juego simbólico.

Los niños con mayor destreza en el juego simbólico tienen un vocabulario más amplio y más posibilidades de combinar palabras (Johnston, 1994). Entre los procedimientos específicos más relevantes utilizados por el adulto, a través del juego para facilitar la interacción y el lenguaje, cabe destacar las siguientes estrategias:

*   El Autodiálogo: el adulto narra o relata lo que hace, presentando un modelo de habla, sin hacer ningún tipo de demanda al niño

*      El Habla Paralela: El adulto verbaliza lo que hace el niño, ayudándolo a desarrollar asociaciones entre la palabra y su referente, proporcionando modelos gramaticales, fonéticos y semánticos acordes con las acciones del niño (ayuda al niño a asociar combinaciones de palabras y relaciones entre objetos).

*      Expansiones: son expresiones que repiten lo que dice el niño, añadiendo detalles gramaticales, fonéticos y semánticos relevantes.

CONCLUSIÓN

La base para la comunicación es la interacción social, y ciertas habilidades de conversación, se pueden desarrollar desde una edad muy temprana a través del juego. Es deseable por tanto, que se aliente a los padres a participar activamente en los juegos con sus hijos, hacerles saber que, como compañeros de juegos más expertos en el aspecto psicolingüístico, pueden favorecer la adquisición del lenguaje.

En el juego del niño con el adulto y los objetos, se entreteje la acción y las señales que regulan la interacción comunicativa. A medida que el niño se desarrolla, utiliza el lenguaje y la expresión en todas sus modalidades para regular la acción conjunta, dándose una mutua interpretación de las intenciones y un ajuste recíproco tanto la expresión como en la acción.

El juego simbólico aparece a los dos años de edad y sigue desarrollándose durante la infancia hasta los seis y siete años. Permite al niño crear representaciones mentales del mundo que le rodea ya sean reales o imaginarias, permite expresar las emociones a través de los personajes o roles asumidos, desarrolla la imaginación y la creatividad, facilita la conversación entre iguales y favorece el proceso madurativo para poder comprender y resolver los problemas del entorno que le rodea.

El Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo contribuye a la expansión del juego simbólico como base para el desarrollo del lenguaje, fomentando las competencias comunicativas de padres de familia, niños y docentes, para que puedan responder a las demandas comunicativas del mundo circundante, utilizando estrategias comunicativas, juguetes e instrumentos apropiados, según la edad y nivel de desarrollo del niño.


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