FONOAUDIOLOGÍA, JUEGO
SIMBÓLICO Y LENGUAJE
Por: Néstor Antonio Pardo R.
Terapeuta del Lenguaje /
Fonoaudiólogo
Universidad Nacional de
Colombia
whatsapp +591 68990051
RESUMEN
El artículo presenta una
visión general sobre el Juego Simbólico, el cual le permite al niño
crear representaciones mentales del mundo que le rodea, expresar las
emociones a través de los personajes o roles asumidos, desarrolla la
imaginación y la creatividad, facilita la conversación entre iguales y favorece
el proceso madurativo para poder comprender y resolver los problemas del
entorno que le rodea.
Palabras Claves:
Fonoaudiología, Inicial, Familia, Comunicación, Juego, Simbólico.
INTRODUCCIÓN
La constitución de lo humano se
da fundamentalmente gracias al lenguaje, pues ambos están indisolublemente
unidos como las dos caras de una moneda. Así pues, lo humano sólo es posible en
el ámbito de la cultura y no puede darse sin el lenguaje.
El padre de familia actual,
argumenta que "no tiene el
tiempo" y / o la formación necesaria para asumir su rol como
estimulador y copartícipe en el proceso de desarrollo de sus hijos, en un mundo
cambiante. En el hogar, la comunicación se limita a lo mínimo para la
supervivencia o solamente se produce información vaga, órdenes para realizar
acciones puntuales o expresiones con tendencia a castigar. Por lo tanto, se
genera cierto grado de deprivación sensorial producido por la insuficiente
calidad y cantidad de estímulos lingüísticos. Esta, a su vez, genera una
respuesta fisiológica alterada, y por lo tanto, un trastorno en el desarrollo
del sistema nervioso central que afecta la adquisición del lenguaje.
La interacción de los padres
con el niño, en el hogar, es el punto de partida para su formación como sujeto
social, capaz de comunicarse, participar realmente y de acuerdo con sus
posibilidades en el medio social, cooperar, construir conocimientos y
expresarse libre y creadoramente. Educar en este contexto, supone facilitarle
al niño experiencias e instrumentos variados, cada vez más ricos y complejos,
para que construya aprendizajes realmente significativos, de acuerdo a su nivel
evolutivo y al contexto sociocultural en el que vive.
Para los niños, el juego es un asunto muy serio (y
debería serlo también para los adultos). A través de esta actividad desarrollan
muchas de sus destrezas y se van formando una imagen del mundo. Durante el siglo XIX, y de modo más intenso en el siglo XX, se va
consolidando la relación del binomio juego y educación. El "aprender
jugando", se va apoderando de la realidad familiar y escolar. Podemos
encontrar las ideas de autores como Pestalozzi y Fröebel, los aportes desde el
campo de la educación especial de Montessori o Decroly, la innovación
metodológica propiciada por la Escuela Nueva y las generadas a partir de la
obras del Post- Constructivismo de Wallon y Vygotsky, entre otros.
El juego simbólico es particularmente importante
pues implica la capacidad del niño para imitar situaciones de la vida real y
ponerse en los zapatos de otras personas. Se trata de una actividad en la que
el niño pasa continuamente de lo real a lo imaginario (y viceversa), que le
ayuda a ampliar su lenguaje, desarrollar la empatía y, sobre todo, repercute significativamente en la competencia social, intelectual e
independencia personal, entre otros, permitiéndole también encontrar soluciones a sus
conflictos y situaciones problemáticas a través de éste.
A lo largo de todo el
documento iremos viendo diferentes perspectivas del juego, el juego simbólico y
sus beneficios para mejorar la relación del niño con el ambiente y los demás,
así como mejorar su lenguaje y comunicación.
JUEGO
SIMBÓLICO Y LENGUAJE
El juego simbólico es uno de los elementos
más importantes en el desarrollo del niño y eje fundamental para el lenguaje,
la capacidad cognitiva y la socialización. Esta actividad consiste en la
imitación o reproducción de situaciones de la vida diaria, utilizando objetos
semejantes o no a lo real, dándoles un valor simbólico. Es decir,
representando hechos o situaciones supuestas, o dramatizadas, a través de
juguetes. Es el “hagamos de cuenta como si fuera”, transformando cualquier objeto
en lo que imaginemos o necesitemos en el momento, como un cubo de plástico en
un auto, o una cuchara en un avión.
Este tipo de juego aparece a los dos años de edad y
sigue desarrollándose durante la infancia hasta los seis y siete años. Permite
al niño crear representaciones mentales del mundo que le rodea ya sean
reales o imaginarias, permite expresar las emociones a través de los
personajes o roles asumidos, desarrolla la imaginación y la creatividad,
facilita la conversación entre iguales y favorece el proceso madurativo para
poder comprender y resolver los problemas del entorno que le rodea.
Es un importantísimo instrumento de
estimulación del lenguaje ya que despierta la necesidad del niño para
comunicarse, pasando de frases sencillas a estructuras más complejas donde
puede expresarse y participar con mayor eficacia haciendo uso de canciones, rimas o expresiones copiadas del
adulto. A la vez, implica importantes mecanismos y procesos cognitivos como la
coordinación de esquemas de comparación de objetos y personas, analogías y
recuerdos de experiencias que ponen en funcionamiento las habilidades motoras y
comunicativas.
El juego simbólico en su inicio se desarrolla de
forma individual y progresivamente se va transformando en algo colectivo, adquiriendo
más dificultad mediante diversas combinaciones simbólicas. En un primer momento
el niño comparte su juego con los padres, pero más adelante comienza a
disfrutar jugando con sus coetáneos. En este punto son capaces de establecer
una meta común y ciertas normas del juego. Poco a poco, el juego simbólico se
complejiza y se hace grupal, por lo que pasa a ser un proceso de socialización
propiamente dicho. Este cambio se produce a los 4 o 5 años, edad en la que el
niño ya tiene las herramientas necesarias para compartir el simbolismo del
juego con otros pequeños.
Es importante, entonces, asegurarse de tener a mano
elementos para producir juegos de roles, tales como animales de la granja,
autos, aviones, o kits de profesiones (médico, bombero, cocinero, etc). El
Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo orientará a los padres y otros integrantes de la
familia sobre el tipo de juguetes adecuado para la edad y nivel de desarrollo
del niño.
Los niños pequeños tienen un repertorio limitado de
situaciones y personajes que pueden imitar. No vienen con un programa interno
de cómo jugar, cosa que creen muchos padres, por lo cual inicialmente es
necesario ayudarles a recrear personajes y situaciones. El adulto debe ser el
modelo, para lo cual el Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo proporcionará
pautas de la forma en que éste puede proponerle nuevos personajes y contextos
con los que se puedan identificar y estimulen el juego simbólico.
Los niños con mayor destreza en el juego simbólico
tienen un vocabulario más amplio y más posibilidades de combinar palabras
(Johnston, 1994). Entre los procedimientos específicos más relevantes
utilizados por el adulto, a través del juego para facilitar la interacción y el
lenguaje, cabe destacar las siguientes estrategias:
El Autodiálogo: el adulto narra o relata lo que
hace, presentando un modelo de habla, sin hacer ningún tipo de demanda al niño
El Habla Paralela: El adulto verbaliza lo que hace
el niño, ayudándolo a desarrollar asociaciones entre la palabra y su referente,
proporcionando modelos gramaticales, fonéticos y semánticos acordes con las
acciones del niño (ayuda al niño a asociar combinaciones de palabras y
relaciones entre objetos).
Expansiones: son expresiones que repiten lo que dice
el niño, añadiendo detalles gramaticales, fonéticos y semánticos relevantes.
CONCLUSIÓN
La base para la comunicación es
la interacción social, y ciertas habilidades de conversación, se pueden
desarrollar desde una edad muy temprana a través del juego. Es deseable por
tanto, que se aliente a los padres a participar activamente en los juegos con
sus hijos, hacerles saber que, como compañeros de juegos más expertos en el
aspecto psicolingüístico, pueden favorecer la adquisición del lenguaje.
En el juego del niño con el adulto y los objetos, se
entreteje la acción y las señales que regulan la interacción comunicativa. A
medida que el niño se desarrolla, utiliza el lenguaje y la expresión en todas
sus modalidades para regular la acción conjunta, dándose una mutua
interpretación de las intenciones y un ajuste recíproco tanto la expresión como
en la acción.
El juego simbólico aparece a los dos años de edad y
sigue desarrollándose durante la infancia hasta los seis y siete años. Permite
al niño crear representaciones mentales del mundo que le rodea ya sean
reales o imaginarias, permite expresar las emociones a través de los
personajes o roles asumidos, desarrolla la imaginación y la creatividad,
facilita la conversación entre iguales y favorece el proceso madurativo para
poder comprender y resolver los problemas del entorno que le rodea.
El Terapeuta del Lenguaje /
Fonoaudiólogo contribuye a la expansión del juego simbólico como base para el
desarrollo del lenguaje, fomentando las competencias comunicativas de padres de
familia, niños y docentes, para que puedan responder a las demandas
comunicativas del mundo circundante, utilizando estrategias comunicativas,
juguetes e instrumentos apropiados, según la edad y nivel de desarrollo del
niño.
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